El cultivo ecológico que realizamos en
deSpelta supone llevar a cabo una rotación en cada parcela que dura cuatro años y que permite que la tierra vaya adquiriendo las condiciones óptimas que después trasladan a los diferentes productos que de ella nacen.
En el primero, se deja la tierra en barbecho o realizamos una falsa siembra que aporta a la tierra materia orgánica o nitrógeno.
En el segundo año se realiza la cosecha principal, en nuestro caso
espelta,
trigo negrillo o otras variantes de cereal.
Este año, hemos apostado por plantar Florencia Aurora, un trigo muy bueno para hacer pan que a principios de mes estaba verde por las pocas aguas que cayeron, pero que ha sacado ya prácticamente toda la espiga, a la espera ahora de que grane.

En el tercer año, se planta girasol o alguna alternativa como el cártamo que nace bastante bien. Estos cultivos tienen raíces profundas que mullen y ahuecan la tierra, además de liberar potasio.

Y el cuarto año, plantamos leguminosas como
garbanzos y
lentejas, que tienen la cualidad de fijar el nitrógeno de la atmósfera en el suelo a través de los nódulos que crecen en sus raíces.

En estos momentos, las
lentejas están bastante limpias, pero la altura de la planta no llegará a los 20 centímetros, lo que nos complicará un poco su recolección.

Por su parte, las plantas del
garbanzo llegan ya a los 25 centímetros, con una media de cinco vainas por planta y dos granos en cada vaina.
El cultivo ecológico también nos permite combatir las plagas y las parásitos de manera completamente natural sin necesidad de utilizar herbicidas ni pesticidas.
En Despelta agradecemos la presencia de las simpáticas y coloridas mariquitas, un insecto que come pulgón.
Otras personas han visto...